Colegio Insular Robinson Crusoe

Ningún hombre es una isla, entero solo, cada hombre es un pedazo de un continente, una parte de lo completo. 

John Donne, Meditación XVII, 1624.

El espacio no es un vacío. Es sentido, secuencia y trayectoria trazada a través de puntos distintos. El sentido es movimiento y lo impulsan las ganas de adquirir experiencia. Y ese es el desafío: un colegio configurado por células pentagonales que actúan como estaciones de paso que generan una mezcla de fluidez, de velocidad, de síntesis. Las secuencias multiplican la cantidad de mundos coleccionables a razón de 5 veces 5, dando la ilusión de recorrer en cada estación todos los caminos posibles que llegan hasta ahí. Pero eso no es suficiente. El propulsor de ese movimiento es alimentado, también, por los puntos por los que pasa: que no consumen energía, sino que la suministran. En suma, un colegio que nos hable de la posibilidad de pensar en redes inteligentes como expresión de una comunidad cada vez más conectada, un pedazo del continente. Un recordatorio, finalmente, de que ningún hombre es, si se lo propone, una isla. 

 

Idea fuerza

El archipiélago Juan Fernández presenta un carácter dicotómico, en donde se contrapone su condición de Reserva Mundial de la Biosfera con la realidad de una comunidad fuertemente aislada, con una cultural muy arraigada a la condiciones de un territorio extremo. Bajo esta premisa, el desafío de proyectar un establecimiento educacional de clase mundial con un fuerte arraigo en la identidad local condiciona el enfoque de la propuesta, la cual responde a un encargo global desde el desarrollo de una unidad constructiva particular. Se plantea así una unidad modular, una célula que en su repetición vaya ordenando y jerarquizando las diferentes funciones demandadas por el programa de arquitectura sobre un terreno topográficamente complejo. La concepción de esta célula reconoce tres dimensiones:

  • Simbólica: Considerando los principios del Programa Educativo Institucional, en donde el colegio aparece como un “centro”, un lugar de encuentro que favorece la convivencia, la célula concebida como unidad pedagógica deja de lado el carácter frontal del aula clásica. Se propone una nueva manera habitar a partir de un prisma pentagonal, un interior que no tiene delante ni atrás, un núcleo que convoca y acoge. Esta nueva volumetría invita a reforzar los vínculos en una comunidad pequeña, que ha sabido encontrar en la cooperación un medio para enfrentar el aislamiento y las adversidades.
  • Funcional: La célula ofrece flexibilidad de uso interior y crecimiento exterior. Al interior, la base pentagonal de la célula sugiere nuevas formas de implementar la labor pedagógica, reforzando el carácter de comunidad y trabajo en equipo. Desde una mirada de conjunto, la forma del módulo propone una lógica de organización flexible, pudiendo generarse agrupamientos en cinco diferentes direcciones. La repetición del módulo es la operación que permite la colonización del territorio. De esta manera, las células se organizan en clústeres, en función de la topografía y el programa arquitectónico. El crecimiento futuro del colegio queda sistematizado bajo este orden. 

  • Constructiva: La célula, en su condición de unidad serial, permite la estandarización y prefabricación y de sus componentes. Con ello, se hace un uso eficiente de los materiales, reduciendo el impacto de los residuos en la isla, y posibilitando la reutilización de los mismos en futuros crecimientos.

Fig. 01 (arriba) Célula básica. Fig. 02 (abajo) Componentes de la propuesta  

Frente a un medio de constantes lluvias y alta humedad ambiental, el agrupamiento de células se protege bajo una gran cubierta, un manto continuo que unifica el proyecto. Lucernarios proyectados sobre los patios techados se elevan por encima del nivel de cubiertas, otorgándole al proyecto un carácter icónico, reconocible desde el pueblo de San Juan Bautista como un espacio comunitario de reunión y cobijo. 

Fig. 03: Vista desde Avenida Circunvalación. 

 

Emplazamiento

Considerando la compleja topografía del territorio, las decisiones de emplazamiento se orientan a ubicar el edificio en un área donde la pendiente sea homogénea y menos pronunciada, de manera de minimizar las faenas de reperfilamiento de terreno y mejorar la accesibilidad. En este contexto, el colegio se emplaza principalmente sobre el lote 46, el cual presenta las mejores condiciones para edificar. De manera de aumentar esta superficie útil y darle cabida al programa, se propone deformar la proyección de Avenida Circunvalación hacia el oriente, manteniendo los puntos que originan su trazado en los deslindes norte y sur.

En su fundación, el proyecto se origina a partir de tres gestos: un eje oriente-poniente que busca maximizar el aprovechamiento de la orientación norte; un trazado norte sur que se adapta la cota del terreno y propone circulación transversal al proyecto; y un eje diagonal nororiente-surponiente, originado a partir del trazado principal del pueblo San Juan Bautista. Estas geometrías generatrices definen la proporción de los módulos y la distribución de los mismos en el territorio. 

Fig. 05: Ubicación. 

Fig. 04: Vista Surponiente.

Fig. 06: Orientación y paisaje. 

 

Programa y flujos

El programa de arquitectura se organiza a partir de clústeres, agrupamientos de módulos pentagonales que definen un uso específico. Se proyectan tres clústeres docentes según nivel: nivel prebásica, primaria y secundaria. Cada clúster se asocia a un patio cubierto, en donde el trabajo de suelos permite que la naturaleza se haga parte de los recorridos cotidianos. Un cuarto clúster convoca las áreas sociales de usos comunitarios, pudiendo funcionar de manera independiente del resto del recinto.

Los clústeres se vinculan transversalmente entre sí a través de un eje de circulación principal que se adapta a la cota del terreno. Funcionalmente, este recorrido es una sutura entre clústeres, al cual se van integrando los programas de apoyo docente, servicios y áreas recreacionales. De manera de cumplir con los nuevos estándares de infraestructura educacional, el proyecto incorpora un sistema de rampas que, además de garantizar accesibilidad universal, le otorga un carácter lúdico y un ritmo al recorrido. 

Fig. 07: Esquema de flujos.

Fig. 08: Distribución programática.

Fig. 09: Distribución de patios.

Criterio estructural y material

Los criterios de estructura y materiales contemplan la prefabricación de la mayoría de los paramentos constituyentes del edificio, los que se transportarán desde el continente a la isla, para ser posteriormente montados en el terreno, reduciendo así el tiempo de construcción de la obra y los residuos. Frente al aislamiento del lugar, se considera la durabilidad y mantención de los materiales como características relevantes a la hora de especificar. Se reconocen dos componentes elementales en la propuesta: la célula y el manto.

La célula está compuesta por una base pentagonal, conformada por un envigado de madera tratada apoyado sobre pilares de acero tratado y fundaciones de hormigón, adaptándose a la topografía del lugar. Sobre el perímetro de las bases pentagonales se erigirán paramentos verticales, ya sea en paneles estructurales isotérmicos o ventanales en perfiles de PVC.

Por otro lado, el manto se concibe como una superficie parametrizada que se construye a partir de componentes triangulares de placas de madera terciada, las que van ensamblándose para constituir una cubierta continua. El revestimiento de tejuelas de cobre, siendo un material noble de gran carga simbólica para Chile continental, busca de alguna manera poner en valor la nueva infraestructura y mitigar sentimiento de aislamiento en la comunidad. 

Fig. 10: Despiece célula y manto.

 

Diseño bioclimático y sustentabilidad 

Fig. 11: Diagrama estrategias de eficiencia energética. 

La isla se caracteriza por un clima de alta humedad relativa, alta nubosidad, baja oscilación térmica y temperaturas medias templadas, las que no suelen superar los 20°C en invierno. En este contexto, las decisiones de diseño ambiental se enfocan principalmente reducir el riesgo de condensación al interior de los recintos y reducir las pérdidas de calor a través de la envolvente e infiltraciones.

De manera de evitar que la temperatura en la superficie de los muros interiores sea menor al punto de rocío del aire, se especifican paneles estructurales isotérmicos, con núcleo de EPS y revestimiento aglomerado mineral por la cara interior. Esta solución de envolvente, más una correcta implementación de estrategias de ventilación natural, proveerán de adecuados niveles de calidad de aire y confort higrotérmico. Se contempla asimismo aislación térmica bajo el entablado de piso y en los cielos de los módulos.

Con respecto a la ventilación, se propone la implementación de ventilaciones cruzadas. Las aulas tendrán ventanas operables tanto en su perímetro exterior como hacia las circulaciones interiores. Estas zonas de tránsito se conciben como núcleos protegidos del exterior, pero no estancos, permitiendo el movimiento convectivo de aire. Así, el aire fresco ingresa por las aberturas incorporadas a las circulaciones, y sale por celosías incluidas en los lucernarios.

En cuanto a la energía, se privilegia y maximiza el uso de la iluminación natural, tanto a dentro de los módulos como en los patios cubiertos, a través de los lucernarios. La aislación térmica incorporada a la envolvente también tendrá un positivo impacto sobre las demandas de energía asociadas a calefacción. Asimismo, se consideran colectores solares para agua caliente sanitaria en camarines.

El manto incorpora artefactos de recolección de aguas lluvia, compluvium. Estas columnas de agua que van integrándose al recorrido y articulando las rampas, ponen en valor a la lluvia, la que aparece como protagonista. El agua recolectada es conducida a cámaras decantadoras y de tratamiento, para ser posteriormente reutilizada en los servicios sanitarios del establecimiento y riego. 

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